El traductor poeta
Do jornal El Mundo / Por: Luis Antonio de Villena
Hombre de aspecto fuerte y cabeza rapada, muy cordial, Mario Merlino nació en Coronel Pringles, provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1948. Y estudió Letras en la Universidad del Sur, en Bahía Blanca. Pertenecía a ese grupo de argentinos (en general de alto nivel cultural) que tuvieron que exilarse al inicio de la terrible dictadura de Videla.
Merlino vino a España en 1976 (yo lo conocí por entonces) y aquí se ganó la vida dirigiendo talleres literarios y escribiendo un libro de Historia, El medievo cristiano, para la editorial que fundó en Madrid el también exilado periodista Abraham Rotemberg (padre de Ariel y Cecilia Roth). Merlino, cuya vocación última era la de poeta, escribió diversos libros para aficionarse a la literatura: Cómo jugar y divertirse con palabras o Cómo jugar y divertirse con periódicos entre otras obras divulgativas o para jóvenes. Persona de enorme vitalismo y muy comprometida con las causas de la izquierda y del colectivo homosexual, se dedicó a traducir (del italiano y sobre todo del portugués) alcanzando gran prestigio en ello. Tradujo obras de Natalia Ginzburg o Dacia Maraini, pero sobre todo de Jorge Amado, Nélida Piñón, Clarece Lispector y últimamente se había especializado en António Lobo Antunes. Por la traducción de Auto de los condenados, de este último novelista portugués, obtuvo Merlino el Premio Nacional de Traducción en 2004.
Su cuidadoso afán por mejorar el siempre endeble estatuto económico del traductor le llevó a ser elegido presidente de la ACEtt. Era también codirector de la revista sobre traducción Vasos comunicantes. Como sus amigos sabíamos, la poesía (para la que quizá tuvo menos tiempo) era su más profunda pasión literaria. En 1994, Mario Merlino fue uno de los poetas que acompañó al famoso recital que dio en Madrid Allen Ginsberg. En 2000 publicó su primer libro de poemas, Missa pedestris. Llegaron luego ediciones más limitadas, como los 150 ejemplares firmados y numerados, en edición especial, de Libaciones y otras voces, en 2004. Y finalmente, en 2006, su último libro de poemas, Arte cisoria.
Casado tras la ley de matrimonios de parejas del mismo sexo (aunque vivió una crisis matrimonial, nada más normal en la normalidad) Merlino llevaba algún tiempo sufriendo una dolencia hepática, a resultas de la cual falleció en la clínica de la Concepción. Su último trabajo — ya delicado — fue la traducción de la última novela de Lobo Antunes Manual de Inquisidores, aparecida en español hace pocos meses.
Mario Merlino, traductor y escritor, nació en 1948 en Coronel Pringles (Argentina), y falleció el 28 de agosto de 2009 en Madrid.
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